The Beatles - Abbey Road
Hay sensaciones subjetivas que uno quisiera universales, como el Shoo con que "Come together" comienza, unido a esas palmadas con eco (al estilo de los estudios Sun donde Elvis se ponía a 20 metros del micrófono para retumbar aún más), unido indisolublemente. Lo que este disco me recuerda es que en mi infancia, cuando mi padre nos lo ponía en casa o en el cassette del coche, yo me preguntaba dónde se podría conseguir el instrumento que hacía ese Shhhhhukuk! tan vacilón, como si fueran unos palitos que mandan callar antes de sonar, para que oigas mejor el resto. Come together parece la pieza de estudio donde cada instrumento tiene el sonido más redondo que se puede lograr. Un bajo trotón, masticable y a veces deslizante, como un chicle dulzón y jugoso. Una batería con parches de cuero en el punto de desgaste justo, como el que buscas en una cartera de piel, a punto de agujerearse, pero flexible y manejera, con los platos guardados exactamente una semana en el sótano para que el óxido le muerda el oído al que se acerce demasiado. La guitarra acompaña calladamente el principio, meciendo un rock discreto, a la espera de que a medida que avanza el tema pueda ponerse respondona con la voz de Lennon, 2, como diciéndole: " A ver si ahora puedes imitar esta melodía, llevándole la voz cantante al cantante.